El lugar donde nacen los sueños

 

“Detrás de cada niño que cree en sí­ mismo, hay una persona que creyó en él primero.”

Mathew L. Jacobson

Los profesores a menudo son los primeros en ver los logros de las niñas y niños, pues la escuela es el lugar en donde pasan mayormente su infancia, siendo testigos de su crecimiento y desarrollo. De esta manera se crea un ví­nculo emocional y afectivo que les ayuda a reconocer su potencial al sentirse valorados y considerados.

Los niños hacen ruido, juegan, lloran y rí­en en el mismo minuto, viven intensamente su infancia y experimentan sus emociones con más facilidad. Los niños saben disfrutar de la vida, viven cada momento al máximo.

Sin embargo, recordemos también que los niños son muy vulnerables ante situaciones de conflicto que se viven en casa. Por ejemplo, discusiones entre los padres, problemas económicos, peleas con hermanos, muerte de un familiar o un divorcio, todos estos acontecimientos amenazan la idealización de los sueños en un niño. El ambiente escolar es la red de apoyo más cercana en donde se crea una atmosfera positiva en la cual los sueños aún son posibles.

Es en este ambiente en donde, con el desenvolvimiento de las capacidades personales y sociales adquiridas en una edad temprana, el niño va creando una figura de motivación que es reflejada directamente por el docente, fomentando una idealización de un autoconcepto futuro. 

En este sentido, como docente desempeñas el papel de guí­a, asesor, orientador, ejemplo y consejero de vida. Por ello, trata de apoyar a tus alumnos a trazar nuevos desafí­os y, sobre todo, a favorecer la consecución de estos. No importa que tan despacio aprenda un niño, lo que importa es que no dejemos de apoyarlos para que sigan aprendiendo. Prioriza su inocencia, su ilusión y potencia su creatividad e imaginación.

¿Qué puedes hacer?

  • Orienta sus sueños: no se trata de eliminar los sueños o metas que parecen muy irreales, sino que se trata de guiar los sueños a algo alcanzable. 
  • Palabras correctas y apoyo emocional: alentarlos a ser mejores y reconocer lo que hacen bien con palabras de motivación, de apoyo y superación, recuérdales que cada derrota es una oportunidad de mejorar. 
  • Proveedores de cuidado cariñoso: las acciones pequeñas tienen un gran impacto. La expresión de aprecio es relevante para su futuro, al sentirse estimado por un maestro el conocimiento adquirido tiene más impacto. 

Como parte de la docencia vemos a nuestros alumnos comenzar su desarrollo, de tal manera que, aquellos que vimos entrar tí­midos al cursar sus primeros años escolares, finalizan con un crecimiento en ámbitos de desarrollo intelectual, emocional y social, además de conocimientos clave y la integración a un espacio de convivencia y aprendizajes para la vida. Ese es un verdadero logro gracias a ti y a la dedicación que tienes con tus alumnos.

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