¿Tus hijos le temen a la oscuridad? Puedes ayudarles a que dejen su miedo de lado jugando. Aquí­ te proponemos tres juegos que pueden hacer en la noche.

Antes de iniciar el juego recuerda levantar las cosas con las que se pueden lastimar o que se puedan llegar a romper. 

Si es mucho su miedo, pueden jugar en una habitación con poca luz. Esto lo puedes lograr con luces de navidad colocadas en el piso, o entrecerrando la puerta de una habitación para que entre poca luz desde fuera.

Juego 1: Concurso de talentos

Oscurece la habitación y crea un escenario con luz, puede ser con una lámpara o con focos navideños. Cada integrante pasará por turnos al escenario y mostrará su mejor talento, puede ser cantar, bailar o hacer malabares, al final entre todos designen a un ganador.

Juego 2: Figuras con las manos

Otro juego divertido es crear sombras con sus manos. Oscurezcan la habitación, coloquen una lámpara que apunte a una pared y creen figuras con sus manos. Incluso pueden contar historias con las imágenes que hagan.

Juego 3: Escondidillas

Este juego en la obscuridad puede tener dos versiones. La primera es con una lámpara; todos se esconden a oscuras y el buscador debe atraparlos con la luz de la lámpara.

La segunda opción es con sonido. Para esta modalidad necesitarás un cascabel o algún objeto que haga ruido, así­ el buscador podrá guiarse con su oí­do. Si el buscador se encuentra lejos del escondite, el escondido hará sonar el cascabel cada 5 segundos, si se acerca más, cada 4 segundos; si está muy muy cerca, cada segundo, para que los encuentre con facilidad. Este modo es más divertido si se realiza en una habitación muy grande o en más de un cuarto.

Para este juego es importante que un adulto sea el que comience como buscador, así­ mostrará el ejemplo de entrar a una habitación a oscuras sin temerle.

Comenzar jugando en casa hará que tus hijos se sientan más cómodos, ya que es un lugar que conocen y en el que se sienten seguros. Después podrán enfrentar la oscuridad en otros espacios. Lo importante es que les des la confianza suficiente para que cada vez puedan estar en espacios con menos luz.